Transformación Personal
En 2020, inicié un profundo proceso de transformación personal y profesional que continúa hoy y que durará toda mi vida. Este camino de autoconocimiento es una aventura constante, llena de experiencias enriquecedoras que me han enseñado a vivir plenamente. Sin embargo, no todo ha sido fácil. Agradezco profundamente cada adversidad, pues enfrentarla me ha hecho más fuerte y valiente.
En mi día a día me gusta aprender algo nuevo porque disfruto con ello y porque he descubierto que es una cualidad que me hace sentir vivo. Cada año que cumplo mis ganas de aprender aumentan, en parte, porque soy una persona curiosa. De esta forma el aprendizaje continuo se ha convertido en uno de mis valores clave, junto con la constancia y el respeto. Llegando a la conclusión de que, tenga la edad que tenga, voy a seguir aprendiendo.
Mis primeros pasos
Mi viaje de autoconocimiento comenzó durante la pandemia. El confinamiento me llevó a enfrentar una crisis existencial que despertó en mí preguntas clave: ¿Estoy satisfecho con mi trabajo? ¿Realmente disfruto lo que hago? ¿Cuál es mi verdadero propósito en la vida? Estas reflexiones me permitieron profundizar en mi conocimiento personal y aclarar hacia dónde quería dirigir mis pasos.
Un nuevo rumbo
En aquel entonces trabajaba en el departamento de logística de una empresa de Gas Natural Licuado. Debido a la pandemia comencé a teletrabajar. Al terminar mi jornada laboral, sin poder salir de casa, empecé a dedicarme tiempo a mi mismo. Comencé a preguntarme si quería dedicar toda mi vida al sector logístico. La respuesta fue NO. No era lo que me apasionaba, asique empecé a buscar algo que de verdad me gustase, ahí es dónde descubrí el grado en Ciencia, Gestión e Ingeniería de Servicios. Comencé la carrera dispuesto a cambiar por completo mi vida. Decidido a iniciar una nueva trayectoria profesional, comencé a estudiar una nueva profesión. Empecé a convertirme en ingeniero de servicios, paso a paso.
El proceso
Lo primero que hice al abrazar el cambio fue fortalecer mi mentalidad: saliendo de mi zona de confort y enfrentándome a mis miedos. De esta forma decidí empezar a comprometerme con mi desarrollo personal, empezar una ingeniería que me gustase (y a terminarla), cambiar de profesión, iniciar mi proyecto de marca personal y comenzar a disfrutar de una vida plena.
Invertir en mi cuerpo y en mi mente es la mejor decisión que tomo a diario. Gracias a ello me atrevo a hacer cosas que siempre he querido hacer y que antes no hubiese hecho. Porque no quiero morir arrepintiéndome de no haberlo intentado. Poner fin a las limitaciones de mis pensamientos y enfrentarme a mis miedos es el primero de los pasos que he dado para vivir una vida plena. En estos años he aprendido a usar los limites de la forma correcta, no para frenarme a mi, si no para alejarme de aquello que me frena. De esta forma he conseguido proteger mi paz mental, no los cultivo en mi interior, no limito mi potencial. Y el miedo no lo he eliminado, el miedo he aprendido a gestionarlo a mi favor. Es por ello que siempre elijo enfrentarme a mis miedos y seguir adelante. Esto me ha permitido también forjar un carácter resiliente y potenciar mi habilidad de superar la adversidad.